lunes, 26 de mayo de 2008
nuestra despedida
ya a las puertas del curso 2007/2008 nos despedimos de nuestro blog esperando que les hayan gustado los temas que hemos expuesto.
lunes, 28 de abril de 2008
holaaa aqui les dejamos una entradas con algunas fobias raras.
Allodaxafobia.
Es el miedo a las opiniones de los demás. De allo (otro) y daxo (decir). Podría confundirse un poco con la fobia social, o con ciertos aspectos de un trastorno de la personalidad llamado narcisismo, pero la diferencia principal radica en que la allodaxafobia tiene como componente principal el miedo, no la ansiedad, y que el individuo no tiene que estar presente para experimentar el miedo al enterarse de lo que han opinado los demás, y que dichas opiniones no necesariamente deben referirse al sujeto en cuestión.
Barofobia.
Es el miedo a la gravedad. De baros (peso). Una fobia bastante extraña, por cierto, ya que todas las personas y los objetos estamos sometidos inexorablemente a esta fuerza de la naturaleza. El individuo con barofobia tiene miedo, sobre todo, a presenciar la acción de la gravedad en el mundo físico, como ver objetos caer al suelo.
Chromofobia.
Es el miedo a los colores. De chromos (color). Por colores, me refiero a aquellos diferentes al blanco y al negro. Los que padecen esta enfermedad procuran vestir sólo con ropa en blanco y negro y evitan los lugares donde hay decorados multicolores. Por desgracia para ellos, el mundo está lleno de color e imagino que serán pocas las ocasiones en que puedan evitarlos.
Dextrofobia.
Miedo a los objetos que se encuentran a la derecha del cuerpo. De dextro (derecho). Esto es, desde el punto de vista del observador. Si conocen a alguien con esta extraña enfermedad, les recomiendo no aproximarse a él (o ella) por la derecha. Debe ser difícil vivir con una enfermedad de este tipo, pues si padecemos dextrofobia automáticamente le tenemos miedo a la mitad del mundo.
Eufobia.
Miedo a las buenas noticias. De eu (bueno). Esta fobia es de lo más peculiar. No es fácil comprender cómo alguien pueda tener miedo a las buenas noticias. Quienes padecen esta fobia temerán no sólo a las buenas noticias que se refieran a ellos mismos, sino a las buenas noticias en general.
Plutofobia.
Es el miedo a las riquezas. Viene de Pluto, el dios griego de la riqueza. Es, como la eufobia, una fobia bastante extraña, sobre todo considerando que la mayoría de los mortales comunes y corrientes tememos a la pobreza y a las carencias. Imagino que si una persona con esta fobia se gana la lotería no querrá saber nada del premio. Bueno, estoy seguro que nunca faltará un alma caritativa que esté dispuesta a liberar al enfermo de tan molesta situación.
Selenofobia.
Es el miedo a la Luna. Viene de Selene, la diosa de la Luna. Y no se trata de licántropos ni nada por el estilo. Los afectados de este mal tienen miedo a ver la luna, ya sea en la vida real, en una imagen o, incluso, en una película. Por fortuna, basta con no mirar al cielo para resolver el asunto.
Es el miedo a las opiniones de los demás. De allo (otro) y daxo (decir). Podría confundirse un poco con la fobia social, o con ciertos aspectos de un trastorno de la personalidad llamado narcisismo, pero la diferencia principal radica en que la allodaxafobia tiene como componente principal el miedo, no la ansiedad, y que el individuo no tiene que estar presente para experimentar el miedo al enterarse de lo que han opinado los demás, y que dichas opiniones no necesariamente deben referirse al sujeto en cuestión.
Barofobia.
Es el miedo a la gravedad. De baros (peso). Una fobia bastante extraña, por cierto, ya que todas las personas y los objetos estamos sometidos inexorablemente a esta fuerza de la naturaleza. El individuo con barofobia tiene miedo, sobre todo, a presenciar la acción de la gravedad en el mundo físico, como ver objetos caer al suelo.
Chromofobia.
Es el miedo a los colores. De chromos (color). Por colores, me refiero a aquellos diferentes al blanco y al negro. Los que padecen esta enfermedad procuran vestir sólo con ropa en blanco y negro y evitan los lugares donde hay decorados multicolores. Por desgracia para ellos, el mundo está lleno de color e imagino que serán pocas las ocasiones en que puedan evitarlos.
Dextrofobia.
Miedo a los objetos que se encuentran a la derecha del cuerpo. De dextro (derecho). Esto es, desde el punto de vista del observador. Si conocen a alguien con esta extraña enfermedad, les recomiendo no aproximarse a él (o ella) por la derecha. Debe ser difícil vivir con una enfermedad de este tipo, pues si padecemos dextrofobia automáticamente le tenemos miedo a la mitad del mundo.
Eufobia.
Miedo a las buenas noticias. De eu (bueno). Esta fobia es de lo más peculiar. No es fácil comprender cómo alguien pueda tener miedo a las buenas noticias. Quienes padecen esta fobia temerán no sólo a las buenas noticias que se refieran a ellos mismos, sino a las buenas noticias en general.
Plutofobia.
Es el miedo a las riquezas. Viene de Pluto, el dios griego de la riqueza. Es, como la eufobia, una fobia bastante extraña, sobre todo considerando que la mayoría de los mortales comunes y corrientes tememos a la pobreza y a las carencias. Imagino que si una persona con esta fobia se gana la lotería no querrá saber nada del premio. Bueno, estoy seguro que nunca faltará un alma caritativa que esté dispuesta a liberar al enfermo de tan molesta situación.
Selenofobia.
Es el miedo a la Luna. Viene de Selene, la diosa de la Luna. Y no se trata de licántropos ni nada por el estilo. Los afectados de este mal tienen miedo a ver la luna, ya sea en la vida real, en una imagen o, incluso, en una película. Por fortuna, basta con no mirar al cielo para resolver el asunto.
martes, 15 de abril de 2008
lunes, 14 de abril de 2008
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colores,
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viernes, 4 de abril de 2008
Enfermedades curiosas del cerebro…
En esta ocasión vamos a tomar las riendas de la psicología para explicar algunos hechos que, por muy sorprendentes que parezcan, son totalmente reales. Se trata de una serie de enfermedades que no son muy conocidas. El problema viene por el mismo hecho en sí, es decir, que al tratarse de enfermedades con un índice de ocurrencia muy bajo, la investigación sobre esos campos no es muy prolífica. Pero eso no quita que se traten de enfermedades muy graves. A continuación vamos a hacer un repaso por las más espectaculares, algunas de las cuales ya fueron explicadas hace casi 10 años en la revista “Muy Especial” y aún hoy siguen siendo una incógnita.
“El señor P. era un eminente músico que había acudido a la consulta de un neurólogo porque tenía problemas para identificar las cosas de su entorno. En alguna ocasión le habían sorprendido dando palmaditas en la parte superior de las bocas de incendios creyéndolas cabecitas de niños o iniciando una conversación con el picaporte de una puerta. Tras la revisión, el señor P. salió de la consulta. De repente, se detuvo en seco, rodeó el coche y se dirigió al asiento que ocupaba su mujer, la agarró del cuello de la camisa y por las orejas e intentó ponérsela en la cabeza. Se trata de un hecho real comentado por el famoso neurólogo Oliver Sacks. En este caso concreto, el señor P. padecía una pérdida cognitiva aguda: su cerebro era capaz de ver, oír, sentir y escuchar perfectamente, pero no podía emitir juicios personales. Así, metía a su mujer en la misma categoría conceptual que un paraguas o un sombrero”. Como puede observarse, en otras épocas (incluso actualmente) se hubiera considerado al paciente como un demente y punto, sin tratar de conocer cual es su diagnóstico exacto. Tan sólo lo hubieran clasificado como una variante de alguna enfermedad conocida, aunque los síntomas no se adaptasen exactamente a la prescripción de la enfermedad. Pero casos de este tipo se dan por todo el mundo desde hace mucho tiempo.”
Aquí dejamos un pequeño índice de enfermedades “anómalas”:
· Anasognosia: suele producirse cuando un traumatismo daña la parte derecha del cerebro, paralizando a su vez la parte izquierda del cuerpo. En algunos casos el paciente ve su brazo paralizado pero cree que se mueve. Si se le pide que se anude los cordones de los zapatos, lo intentará hacer con una sola mano y evidentemente no podrá concluir la tarea, pero él creerá que lo ha conseguido como si tuviera dos manos útiles.
· Negligencia hemisférica: se produce por un deterioro de los centros visuales de un lado del cerebro, lo que provoca que el enfermo sólo vea la mitad de las cosas. Estos pacientes sólo comen, por ejemplo, el lado izquierdo del plato, escriben en el lado izquierdo del folio o se atan sólo el zapato izquierdo.
· Síndrome de Korsakov: suele aparecer en pacientes con alcoholismo crónico. Se trata de una lesión cerebral que provoca amnesia. El paciente es incapaz de recordar los nuevos hechos o experiencias, su memoria a corto término está gravemente afectada, sólo recuerda hechos antiguos, anteriores a la enfermedad. La persona cree que tiene la edad que tenía al empezar esta enfermedad y piensa que se encuentra viviendo en esa época. Todo lo que hace actualmente se le olvida rápidamente. Muchas veces se confunde con Alzheimer.
· Síndrome de Capgras: es un trastorno de la capacidad de identificación. El paciente ve la cara de su cónyuge, por ejemplo, y está seguro de que se trata de un impostor. Parece que se debe a alguna desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva. El sujeto ve un rostro conocido, pero no experimente las reacciones afectivas correspondientes a la visión de un ser querido, por lo que interpreta que es un impostor. A veces se asocia con trastornos bipolares de la personalidad o con una apatía social selectiva.
· Síndrome de Munchausen: se trata de uno de los llamados trastornos ficticios más graves. El paciente simula sufrir enfermedades mediante la ingestión de productos dañinos e incluso se practica heridas y mutilaciones para llamar la atención y así beneficiarse de las supuestas ventajas de ser cuidado. Se llega a confundir con la hipocondría.
· Síndrome de Tourette: se caracteriza por una serie de tics compulsivos que van desde simples movimientos faciales a tics vocales. En este último caso, el paciente se ve incapaz de controlar los sonidos y vocablos que emite. A veces, el sujeto dice tacos sin control en cualquier situación, a lo que se denomina coprolalia. Uno de cada 200 sujetos con tics crónicos puede llegar a padecer este trastorno de origen genético.
· Tricotilomanía: afecta a un 1% de la población. El enfermo arranca compulsivamente el pelo de cualquier parte del cuerpo: cabeza, cejas, pecho, zona púbica…
· Visión ciega: los pacientes parecen totalmente ciegos, al menos respecto a una parte de su campo visual. Si se les pregunta si pueden ver un objeto en esa zona, la respuesta es negativa. Pero si se les fuerza a señalar dónde se halla ese objeto, indicará el lugar correcto. De alguna manera, sus mecanismos visuales se han interrumpido. Pueden ver, pero no son conscientes de ello.
· Síndrome del Acento Extranjero: existen 50 casos localizados en el mundo de este extraño trastorno, que surge cuando varias conexiones de los centros de control del lenguaje en el lado izquierdo del cerebro sufren un daño. Algunos pacientes generan un patrón de lenguaje completamente distinto al propio. En ciertas ocasiones, el individuo termina hablando con acento distinto al de su país o una lengua irreconocible, producto de la mezcla de varios idiomas con los que haya tenido contacto. Se tiene conocimiento de algún caso en la antigüedad y que había clasificado como xenoglosia (la capacidad de hablar lenguas desconocidas para el paciente).
· Ceguera al movimiento: una variedad muy rara de visión ciega. El paciente ve bien los objetos estáticos, pero no percibe el movimiento. Si echa el café en una taza, capta sin problemas la cafetera, el plato, la taza… pero el chorro aparece ante sus ojos como una columna helada e inmóvil. Es un mal inhabilitante. Los coches, las personas, las imágenes de televisión aparecen y desaparecen de pronto a distancias diferentes, pero se pierden en cuanto se mueven. Los pocos casos conocidos se han producido tras un accidente cerebro-vascular.
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